Luis Gaslonde asegura que el mejor gesto de amor está en la donación.
Con 30 años dedicado a la medicina Luis Gaslonde nunca imaginó sentirse tan cerca de la muerte. «Mi historia comenzó hace 20 años cuando adquirí el virus de la hepatitis C, una enfermedad que tiene como evolución llevar a la cirrosis hepática y al desarrollo de tumores malignos en el hígado, cosa que en efecto ocurrió en mi caso».
Ya para diciembre de 2014 tenía una insuficiencia hepática severa.
«Yo sentía que iba a morir, pensé que no había forma ni manera de poder seguir adelante.»
Luego de ello sus tratantes le sugirieron la opción de realizar un trasplante con la finalidad de devolverle su calidad de vida.
«Inicialmente iba a ser de vivo a vivo, mi hija sería mi donante pero luego un ser que está más cerca de Dios en este momento, gracias a su generosidad, altruismo, y a sus familiares se consintió el trasplante de hígado».
Aseguró que tras haber logrado el trasplante su vida dio un giro de 180 grados. «Yo confié en mi medicina, en mi gente y en mi país; con el apoyo de Fundahigado se realizó la intervención en la Policlínica Metropolitana en marzo de 2015, tras 11 horas en un quirófano y 10 días en terapia. Con mi trasplante tuve la dicha de volver a vivir».
Tras una evolución satisfactoria, y una medicación intensa antirechazo, pudo retomar nuevamente su labor como médico y docente.
«En el hospital Vargas tengo una consulta de medicina interna del adulto mayor, que creamos hace 10 años, la cual retomé. Volví a mis clases en el postgrado de la escuela Vargas de la UCV. Fue una gran satisfacción volver a ver a mis queridos pacientes y dar un testimonio de salud».
Alentó a las ciudadanos a donar sus órganos. «El gesto de amor más grande al prójimo está en la donación».
FUENTE: http://www.eluniversal.com/noticias/caracas/con-trasplante-tuve-dicha-volver-vivir_545048