Córdoba, 14 sep (EFE).- El cirujano que realizó el primer trasplante hepático de un donante vivo a un bebé por laparoscopia, Javier Briceño, del hospital Reina Sofía de Córdoba, ha abordado con Efe la posibilidad de aplicar esta técnica en otros injertos que se presenta como el futuro de los trasplantes de donantes vivos.
La intervención sin precedentes permitió no solo curar a la pequeña Emma, una bebé de 9 meses que sufría una enfermedad hepática congénita, sino que su donante, su tía Ana, tuviera un postoperatorio más corto tras una cirugía poco invasiva en la que le extrajeron un veinte por ciento de su hígado que ahora funciona perfectamente en su sobrina.
«La vía laparoscópica también se utiliza de una manera casi rutinaria en el trasplante renal de donante vivo», explica a Efe el cirujano que dirigió en mayo último a un equipo multidisciplinar de una decena de especialidades del Reina Sofía para lograr este reto.
El doctor Briceño concluye que «sería posible», siempre que la técnica se desarrollase más, «aplicarla en un futuro a todos los trasplantes que se hacen por vía abierta con donantes vivos».
Sin embargo, advierte de que «lo ideal» es que haya un donante cadáver pues la opción de trasplantes con donante vivo solo se realiza en situaciones excepcionales, es decir, cuando sea la única opción posible y siempre que el donante tenga unas condiciones óptimas de salud.
«No podemos olvidar que sometemos a una intervención quirúrgica que, como todas, contempla unos riesgos para la vida, a una persona sana», resalta Briceño, que confiesa que «la noche de antes de estas intervenciones es muy dura» porque son conscientes que operan a alguien completamente sano para tratar la enfermedad que tiene otro paciente.
Pero las ventajas de la laparoscopia no son comparables a la operación en abierto, ya que en vez de una incisión de 15 centímetros se realizan 4 de un centímetro y hay menos quemaduras en los tejidos porque es menor la sección que se hace en los músculos, por lo que el postoperatorio es más rápido, las heridas son tolerables y se vuelve a la vida normal como si de una operación de vesícula se tratase.
Sin embargo, la técnica es más compleja para los cirujanos, «que siempre hemos usado las manos como instrumentos de trabajo» y con la laparoscopia tienen que ser capaces de coordinar sus manos con lo que están pensando que deben hacer, pero según lo que ven en una pantalla, la precisión requiere unas «capacidades» muy entrenadas junto a una concienciación mental fuerte.
Briceño lo asemeja a «la industria de los videojuegos» donde puedes ver el órgano en distintas posiciones, aumentar la escala milimétrica real, inspeccionar los órganos desde un campo de visión diferente, «es un paso más en la robótica aplicada a la medicina».
Pero no ha sido tan fácil como una partida con la videoconsola. El equipo de Briceño lleva años preparándose. El doctor Rubén Ciria, que también participó en el trasplante de Emma, ha estado cuatro meses formándose en un hospital de Morioka (Japón); el doctor López Cillero pasó una estancia en EEUU y el propio Briceño estudió la técnica en Hamburgo (Alemania).
Además, los cirujanos hepáticos del hospital Reina Sofía de Córdoba realizan anualmente alrededor de 140 hepatectomías (el 40 por ciento por vía laparoscópica), por lo que su destreza en trasplantes con donantes vivos es impecable.
Los doctores se mantienen cautos ante la vía de la laparoscopia para trasplantes de hígado, pulmón, riñón e incluso páncreas porque no deja de ser intervenir a una persona sana que, como poco, tendrán una cicatriz toda su vida, si bien valoran la relevancia de que esta técnica pueda reducir a cero la mortalidad en lista de espera como ocurre en Córdoba en el caso de los receptores pediátricos que necesitan ser trasplantados de hígado.
El hospital cordobés es un referente en el manejo de laparoscopia, ya que, recientemente, cirujanos pediátricos han sido premiados en el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Cirugía Laparoscópica y Robótica (Secla), por lo que un residente realizará una estancia en el Hospital Lapeyronie de Montpellier (Francia), pionero mundial en cirugía laparoscópica infantil. EFE