La mayoría de las donaciones de órganos y tejidos se realizan después de que el donante ha fallecido. Sin embargo, algunos órganos y tejidos se pueden donar en vida. Por año, se realizan alrededor de 6.000 donaciones con donantes en vida. Eso es alrededor de 4 de cada 10 donaciones.
La mayoría de las donaciones en vida se realizan entre miembros de una familia o entre amigos cercanos. Algunas personas se convierten en donantes en vida altruistas al optar por donar sus órganos a alguien que no conocen.
Donación de órganos en vida Los donantes en vida potencialmente pueden donar:
A pesar de que estos órganos no se regeneran, tanto la porción donada del órgano como la porción que conserva el donante son totalmente funcionales.
Donación de tejidos en vida Algunos de los tejidos que pueden donarse en vida son:
Un cuerpo saludable puede recuperar fácilmente algunos tejidos como sangre o médula ósea. Tanto la sangre como la médula ósea pueden donarse más de una vez ya que el cuerpo las regenera y reemplaza luego de la donación.
Aptitud para donar
Los posibles donantes en vida se someten a una evaluación en el centro de trasplante donde pretenden realizar la donación para determinar si son aptos para ser donantes.
La evaluación se realiza para asegurarse de que no se producirá ningún daño físico, psicológico o emocional antes, durante o después de la donación.
En general, los donantes en vida deben gozar de buen estado físico y de buena salud, tener entre 18 y 60 años y no deben padecer (o haber padecido) diabetes, cáncer, presión arterial alta, enfermedad renal o cardíaca.
El beneficio de salvar la vida de otra persona al convertirse en un donante en vida debe sopesarse cuidadosamente frente a los riesgos implicados en cualquier procedimiento quirúrgico significativo, así como las consideraciones financieras. Un donante sano se enfrenta al riesgo de un procedimiento quirúrgico significativo innecesario y debe atravesar todo un proceso de recuperación.
Un pequeño porcentaje de pacientes ha tenido problemas para mantener la cobertura de seguro médico, de vida o de discapacidad en el mismo nivel y con la misma tarifa que antes.
Puede haber problemas financieros debido a posibles retrasos en la reincorporación al trabajo a causa de problemas médicos imprevistos.
Al igual que con cualquier procedimiento quirúrgico importante, existe un pequeño riesgo de complicaciones.
La decisión de ser un donante en vida es sumamente personal. El potencial donante debe considerar los posibles efectos adversos para la salud que puedan surgir después de la donación, así como la posibilidad de salvar la vida del beneficiario, que puede ser un ser querido.
El maravilloso beneficio que este regalo de la vida constituye para el paciente que espera un trasplante y tiene varios programas en curso para estudiar, apoyar y proteger a los donantes en vida que eligen dar este regalo.
FUENTE: https://donaciondeorganos.gov/sobre/process/1yu4/donaci%C3%B3n-en-vida.html