Después que morimos nuestros órganos no nos sirven para nada. En cambio, pueden ayudar a otros a prolongar o mejorar la vida. El trasplante es un recurso de la ciencia médica en pro de la existencia, pero depende muchísimo de nuestro altruismo y voluntad de servir a nuestros semejantes por medio de la donación de partes de nuestro cuerpo. Y lamentablemente, en esa parte estamos muy rezagados.
El país tiene una crisis por falta de donantes. Hay en lista de espera más de 850 personas que esperan por la generosidad de donantes de hígado, riñón y córneas. Es necesario que cobremos conciencia sobre la necesidad de ser generosos en esta materia. Hay que fomentar una cultura para que la ciencia médica pueda disponer de donaciones de esta naturaleza. Donar órganos ayuda a salvar o mejorar vidas. Hagámoslo.
FUENTE: http://hoy.com.do/hay-que-agilizar-el-sistema-judicial/