España.-
La modalidad en asistolia se implantó en Granada en el 2010 con el fin de ofrecer más oportunidades a enfermos terminales.
Las donaciones a corazón parado o en asistolia se han duplicado en tan sólo un año en la provincia, convirtiéndose en una estrategia sanitaria más para dar una oportunidad a pacientes terminales en lista de espera para un trasplante. Esta modalidad de donación comenzó a implantarse en Granada en 2010 y durante el 2015 se registraron un total de 20 donantes de este tipo en la provincia, el doble de lo registrado durante 2014. Durante el primer semestre de este año, las donaciones en asistolia han sido 11, una cifra que irá en aumento durante lo que queda de año y que pretende superar lo registrado años atrás. En porcentajes, el 30% de los donantes granadinos son en asistolia, que se unen al 70% de los que donan por muerte encefálica.
Ante la pérdida de un ser querido, entre el 80 y el 85% de las familias granadinas dicen sí a la donación, un gesto que puede salvar la vida y beneficiar a una o varias personas gravemente enfermas. La donación en asistolia representa a dos tipos de donantes: la asistolia tipo II son personas que pierden la vida de manera fortuita a causa de una parada del corazón; mientras que la asistolia tipo III son pacientes con problemas neurológicos catastróficos irreversibles causados por problemas graves como hemorragias o ictus, o bien enfermedades pulmonares o cardiológicas irreversibles, con un desenlace próximo nefasto.
Los equipos de trasplantes en Reino Unido, Holanda o Bélgica tienen una gran experiencia en esta modalidad, por lo que, observando el funcionamiento en estos países, Granada implantó un sistema similar hace poco más de seis años. Así lo detalla el coordinador regional de trasplantes en Granada y Jaén, José Miguel Pérez Villares. «Nos dijeron que sería imposible poner en marcha un sistema de donación en poblaciones de menos de un millón habitantes. Sin embargo, en 2010 Granada fue pionera en la creación de un método con el que conseguimos demostrar que en ciudades pequeñas también se podía donar en asistolia. Actualmente tenemos una media de una decena de este tipo de donantes al año».
La asistolia tipo II requiere de un enorme trabajo logístico. La cadena asistencial comienza cuando las emergencias sanitarias que han atendido a una persona afectada por una parada cardiaca comprueban que ha fallecido. Mediante un sistema de cardiocompresión se mantiene el riego sanguíneo. Jueces y forenses velan por la seguridad del proceso. Una vez que la familia dice sí a la donación, se procede a organizar la extracción. En el traslado participan Policía Local, Nacional y Guardia Civil.
La asistolia tipo III es una modalidad que se plantea en casos irreversibles ante pacientes sin ninguna opción de supervivencia, pero que pueden ser donantes. Granada hizo su primer trasplante de este tipo en 2013. Desde entonces, una vez que la sociedad ha ido conociendo el sistema, este tipo de donantes va en aumento: «Se están llegando a superar a los donantes de tipo II en los últimos dos años. La tasa de aceptación en la provincia es cada vez mayor».
Este tipo de donación ayuda tanto al paciente trasplantado como al enfermo que decide donar: «Igual que la gente puede decidir la forma en la que quiere morir, también debemos preguntarles si a su muerte quieren ser donantes o no. Se trata de morir donando vida a otra persona». En Granada, el 30% de los donantes son en asistolia, frente al 70% de los de muerte encefálica.