Primer trasplante cardíaco infantil en España con grupos sanguíneos incompatibles

Aún es muy pequeña, tan sólo tiene cinco meses de vida, pero algún día Carla sabrá que formó parte de un hito en la historia de los trasplantes en España. Ella es la primera bebé que ha recibido el corazón de un donante cuyo grupo sanguíneo es incompatible con el suyo, lo que, hasta la fecha, imposibilitaba el trasplante en nuestro país.

Sin embargo, el Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, centro nacional de referencia para el tratamiento de cardiopatías congénitas y de trasplante cardiaco infantil, ha conseguido superar este escollo en niños y salvar la vida de Carla, quien ya fue diagnosticada en el útero de su madre con una grave malformación cardíaca: hipoplasia de ventrículo izquierdo, es decir, que no se había desarrollado el ventrículo izquierdo. Se trata de la causa más frecuente en la lista de espera infantil por un corazón, después de las enfermedades del músculo cardíaco (micardiopatía).

Aunque la familia de la pequeña vive en Extremadura, los profesionales del centro madrileño hicieron seguimiento del embarazo y planificaron todo para que el nacimiento tuviera lugar en Madrid. Como explica Manuela Camino, jefa de la Unidad de Trasplante Cardíaco Infantil, «el manejo de estos niños es muy delicado y precisan de una estabilización tan pronto como nacen y su inclusión en la lista de espera para el trasplante de un corazón».

A los cinco meses y con cinco kilos de peso, «en mi móvil saltó el mensaje de donante disponible para Carla», relata durante la rueda de prensa Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). A partir de ese mismo instante, se puso en marcha por primera vez el protocolo del nuevo programa ‘AB0 Incompatible’.

Estrategia de éxito

Esta iniciativa se vale de que los niños nacen sin anticuerpos o defensas naturales que ataquen los rasgos característicos de los grupos sanguíneos diferentes al suyo y que es lo que genera el rechazo al órgano trasplantado. Durante los primeros 15 meses de vida, mientras su sistema inmune aún está inmaduro, estas defensas se mantienen en niveles bajos. Por eso, esta estrategia sólo se puede aplicar en niños, no en adultos.

Aprovechando esta circunstancia, el pasado 9 de enero, los médicos que realizaron el trasplante utilizaron una técnica para ‘engañar’ al sistema inmunológico del receptor. Así, en el circuito de circulación extracorpórea que se usa en todos los trasplantes, se sirvieron de una especie de filtro para eliminar los anticuerpos frente al grupo sanguíneo del donante (denominadas isohemaglutininas), que, debido a su corta edad, no eran muy numerosos.

Además, trasfundieron elementos sanguíneos (plasma y plaquetas) libres de esos anticuerpos y procedentes de un grupo sanguíneo compatible tanto con el receptor como con el donante (AB).

Desde el aviso de disponibilidad de un corazón para Carla, un equipo de más de 50 personas, entre cardiólogos, cirujanos, transfusionistas, anestesistas, técnicos del banco de sangre, personal de enfermería y de apoyo, entre otros, pusieron en marcha los relojes. «El tiempo es clave. Si la intervención quirúrgica con el corazón parado (isquemia) se realiza en menos de seis horas, el trasplante es factible, pero nuestro reto eran las cuatro horas, para que el éxito estuviera casi garantizado», argumenta Juan Miguel Gil-Jaurena, que dirige el equipo de Cirugía Cardíaca Infantil del Hospital Gregorio Marañón.

Reto conseguido porque la implantación se logró en un tiempo récord: 230 minutos. «Nos emocionamos cuando el corazón de Carla empezó a latir de nuevo. Es un momento de magia en el que todos los que estábamos presentes esperábamos que saliera bien y no queríamos decepcionar a los familiares», apunta Gil-Jaurena.

Recuperación excepcional

Este viernes, una semana después del procedimiento, Carla se encuentra bien, ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos pediátrica, evolucionando favorablemente y con una muy buena función cardíaca. «La recuperación está siendo rápida y excepcional, no necesita ayuda para respirar y el corazón funciona sin necesidad de medicamentos. Si sigue así, en breve [unas dos semanas] le podremos dar el alta», adelanta Manuela Camino.

Según los responsables de la intervención, esta estrategia de intervención no sólo consigue combatir el rechazo hiperagudo en el momento del trasplante, sino lograr que, con el tiempo, Carla no desarrolle anticuerpos frente al grupo sanguíneo del donante. «Será una condición indefinida», remarcan los médicos del Gregorio Marañón, el tercer hospital de Europa en realizar un trasplante cardíaco con incompatibilidad de grupo sanguíneo, después de Alemania y Reino Unido.

En definitiva, Carla no es la primera niña que se beneficia de esta técnica en el mundo, sí en España. Fuera de nuestras fronteras, unos 300 niños se han sometido a este tipo de trasplantes en países como Estados Unidos y Australia, por ejemplo. Concretamente, el primero tuvo lugar en Canadá.

Solventado así el escollo de la incompatibilidad entre grupos sanguíneos, el tamaño del corazón para que quepa en el tórax sería el único requisito a tener en cuenta en los trasplantes cardíacos infantiles, lo que mejora enormemente las expectativas de cara al futuro.

El reto del trasplante infantil

Es cierto que España es líder mundial en donación de órganos, con una tasa de 46,9 donantes por millón de habitantes en 2017, una tasa que ha crecido en un 30% en los últimos tres años. Cada año supera sus propias marcas. Sin embargo, los donantes pediátricos son escasos. «Afortunadamente, la mortalidad infantil es cada vez menor, gracias a una mejor sanidad y a las medidas de prevención», señala la cirujana Camino. Esto trae como consecuencia un tiempo en lista de espera elevado y muy especialmente para los bebés de tres meses.

En España, se realiza anualmente una media de 17 trasplantes cardíacos infantiles al año, de los que entre tres y cinco son llevados a cabo en menores de un año.

Según la directora de la ONT, las posibilidades de que un bebé reciba un corazón en España son del 60%, por lo que «mueren niños en lista de espera». Detrás de la lista, agrega, «hay historias y día tras día, vemos la espera de las familias, que no aparece un corazón y también lo vivimos con angustia».

De ahí la importancia de buscar estrategias como ‘AB0 Incompatible’, que, en vista del éxito que está teniendo, se calcula que permitirá aumentar los trasplantes en niños en más de un 50%. En otras palabras, se podrá duplicar el número de estos procedimientos en bebés y se podrá reducir del 75% al 5% la mortalidad en la lista de espera de los menores más graves.

Como concluye Gil-Jaurena, «lo que buscamos con este sistema es que ningún niño menor de doce meses se quede sin receptor para conseguir compatibilizar al máximo la escasez de donantes».

Entre los años 2011 y 2014, un total de 15 corazones de menores de 12 kilogramos no pudieron ser implantados en nuestro país por la incompatibilidad sanguínea entre receptor y donante. Además de impulsar ‘AB0 Incompatible’, «hemos establecido un convenio de colaboración para intercambiar órganos pediátricos con otros países», selaña Domínguez-Gil.

Ambas medidas «abren una puerta de esperanza para bebés como Carla y sus familias», subraya la directora de la ONT, quien ha resaltado la generosidad de los donantes. «No nos olvidemos que detrás de esta historia de éxito, ha habido una historia de fallecimiento y dolor».

FUENTE: http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2018/01/19/5a61e4be268e3ee7388b4712.html

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